Los decantadores de grasas y barros son los grandes desconocidos del sistema de saneamiento de una industria. Pero no por ello su papel es poco importante. Todo lo contrario. Realiza una función indispensable para facilitar el futuro tratamiento de las aguas residuales del sistema de drenajes: retener las grasas. Así, el filtrado de las aguas que llegan a las redes de la cloaca, desde los decantadores se puede llevar a cabo de manera óptima.
A pesar de que es un sistema muy útil para los sistemas de los desagües, no se encuentra en las redes de todos los comercios, empresas e industrias. Sólo podemos encontrarlos en aquellos establecimientos en los que se generan grandes volúmenes de grasas y aceites.
En el resto de los establecimientos menores, y dado que las grasas no son muy solubles en agua (se adhieren fácilmente a la cañería), se recomienda no tirarla en la pileta de manos de la cocina, ni por el inodoro tampoco. Lo recomendable, es ir alimentándose en un recipiente para llevarlo a un punto limpio. También podemos desecharla en contenedores especiales, depositarla en ellos.
No hay una periodicidad media aconsejada para proceder a estos vaciados. La frecuencia con la que hay que llevar a cabo esta operación dependerá del nivel de grasa que las empresas que haya en él viertan grasas residuales. Para estar seguros de cada cuánto hay que hacerlo es aconsejable consultar con un profesional del sector.
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